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Desventuras de un concepto claro y distinto

Actualizado: 28 abr 2019

Las desventuras del concepto de opinión pública surge de las diversas perspectivas por la cual puede cobijarse:

La tradición jurídico-política ha oscilado entre una concepción legitimadora de la democracia (“régimen de opinión”: garantía de democracia) en la que la Opinión Pública aparece unas veces como “simple” opinión popular o general (garante de la misma democracia: es un concepto positivo) y, otras veces, como un raro fenómeno opresivo por encima de los individuos (Mill, Tönnies –que le llama “fuerza extraña”-) y muy negativo.


Respecto al argumento sociológico, este no ha dejado de insistir en que ese procedimiento de las encuestas no sirve para conocer la Opinión Pública. Algunos de los argumentos usados tienen interés objetivo, pero, en general, muestran una idea de la Opinión Pública que no se deja definir ni está en absoluto clara: una mezcla de todas esas cuestiones citadas.


Fermín Bouza habla en el texto de que resulta un poco absurdo llamar opinión pública a opiniones poco ilustradas de gente que se encuentran influidas por los medios, y que no tienen una opinión autentica propia y bien estructurada. En consecuencia a esto, el autor señala la importancia de reivindicar a los individuos, puesto que ellos son la sustancia formante de toda sociedad.


La opinión no solo se mide con agregados numéricos, sino que es necesario conocer de manera profunda y justificada el pensar y sentir de la opinión. Si bien ha sido criticada la opinión de las encuestas, pero no se conoce otro procedimiento preciso, aunque se sabe sus limitaciones (metodología con fallas).

Floyd H. Allport, uno de los padres fundadores de la Psicología Social, afirma que la

opinión pública es vista como una suerte de ser que habita dentro o por encima de un grupo y expresa desde ese lugar su postura ante los temas que van surgiendo. A esto apuntan las metáforas “la voz de la opinión pública” y “la consciencia del pueblo”. Esta ficción nace de asumir que entre la opinión de un grupo en determinado momento y su opinión en otro momento existe una especie de continuidad de alma o principio anímico.


Falacia periodística

La confusión entre opinión pública y presentación pública de una opinión (“falacia periodística”). Bouza afirma que esta falacia de analogar Opinión Pública y publicada tiene su fundamento en la idea (bastante bien fundada, aunque con matices importantes sobre cualquier enunciado fuerte) de que los medios influyen de forma grave (total y definitiva, para los que asumen plenamente la falacia) en la génesis de la Opinión Pública.


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